La iglesia se suma al boom de la construcción
La Diócesis y el Ayuntamiento promueven la construcción de iglesias y ermitas en el municipio.
Estos últimos años, la corporación socialista, se ha volcado hacia nuevas construcciones religiosas, junto con el Obispado y parroquias.
Pese a que no es una competencia propia de la Corporación Local, el Ayuntamiento se ha involucrado es este asunto, por lo bien que queda cara a la ciudadanía y a los medios de comunicación , siempre con perspectivas de futuro, las elecciones municipales de 2007.Éste encausa su ayuda en tres vertientes:
· Por un lado amolda el PGOU destinando suelo a usos religiosos.
· Redacta, y encarga los proyectos.
· Colabora con partidas variables, que algunas alcanzan hasta 40 MIL EUROS.Un botón de muestra: El ayuntamiento entregó al Obispado un importe de 27.045 €, destinado a colaborar en la finalización de la Iglesia y casa parroquial de La Mancha, todavía en construcción(subvenciones del 2006).
Esta “fiebre” por el culto popular, en la cual está inmersa el Alcalde y resto de la corporación, nos hace recordar viejas etapas: el nacional-catolicismo.
El ciudadano, ante la noticia de que el Gobierno Socialista y la Conferencia Episcopal han alcanzado por fin un acuerdo sobre ciertos aspectos de la financiación de la Iglesia católica, podría preguntarse dos cuestiones de peso. La primera, ¿por qué la religión ha de ser subvencionada con dinero público en un Estado neutral, o laico, como el español? La segunda, ¿por qué ha de ser la Iglesia católica la única, o la principal, beneficiaria de esa financiación estatal?
Desde nuestra perpectiva plural pensamos que son los fieles, católicos, los que deben financiar las obras o nuevas construcciones religiosas, y no detraer de las arcas municipales un dinero que debe dirigirse a políticas sociales, culturales y educativas en nuestro municipio.
Datos: Los curas y algunos políticos justifican esta excepcionalidad afirmando que en España hay un 80% de católicos. Mienten. A saber: bautizos, comuniones, bodas y funerales responden, en un alto grado, más a prácticas paganas, costumbristas, sociales y consumistas que a una verdadera fe católica. El buen dato es que tan sólo un 22% de los declarantes del IRPF colocan la cruz para la financiación del clero y el culto católicos, según Hacienda.
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