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YCOD NO SE VENDE

BELICAR

BELICAR

 

Antropónimo masculino. Segundo Mencey de Yco- de o Ycoden, entre 1473 y 1497 (J. Alvarez Delgado), en la época final de la conquista de Tenerife (A. de Viana I, "La Conquista de Tenerife" año 1604). Grafiado incorrectamente como "Pelicar" (sonidos labiales "b>p"), A. Rumeu de Armas (1953:71) lo refiere en la cita: "....esta fue la primera iglesia parroquial que vió Tenerife (Realejo Alto) y la memorable fuente bautismal en donde recibieron el carácter de cristianos los nueve reyes guanches"....".

Pelicar de Icod, el de Blas Martin...". Vemos por tanto que, Belicar, bautizado posteriormente en un segundo grupo de guanches como luego veremos, fue el  ascendiente de los apellidos Martin, de varias generaciones atrás de la actual po- blación de Icod de los Vinos, ya que dejó descendencia. La etimología de este antropónimo se podría asociar a los paralelos continentales (KR) "elkera" = "precio de alquiler" (por extensión: "salario, lo que se da por un servicio cualquiera", "el que co- bra un precio por algo"), en el dia- lecto tuareg del Ahaggar y (KR) "kra"= "alquilar", "lekra" ="alquiler", en los dialectos senhaya del Marruecos Central. La restitución del primario nos conduce a "wi lekra ="el de al- quilar" (en sentido figurado), en donde "wi" es el pronombre pana- mazigh demostrativo masc., sing. y plural: "el de" o "los de", de evolu- ción fonética: > wilikra> wilikar>uilikar> vilicar >belicar, por inestabilidad vocálica, metátesis vocal-consonántica "kra>kar" y por vicio ortográfico de la "u >v >b" en la grafía de los documentos de la época. La justificación semántica la basamos en algunas citas de los diversos autores que aluden al personaje, que mereció tal nom- brete o apodo (muy probablemente dado por los alzados que no se sometieron) como alguien que se prestó, se avino o accedió a algo, o a "alquilarse" o ponerse a servir a alguien a cambio de un estipendio o prebenda. Entre estas citas, destacamos: ".

Pelicar, su hijo, perdió su reino y la reputación de valeroso por haberse negado a las negociaciones en que Benchomo de Taoro le propuso una alianza ofen- siva y defensiva" (Viera, "Noticias" II, Ed.1967) y más adelante indica, refiriéndose a los menceyes más "en- debles",: "....se hicieron siervos de una potencia extran- jera que luego que los vió sujetos, no se acordó de que habían sido soberanos" (ibídem). Por su parte, Dacio Darias y Padrón (1936) recoge en su "Suscinta relación de hijos ilustres de Canarias y de indígenas notables" (en F.Osorio Acevedo, "Las Relaciones de Gáldar,1484-1500", de Antonio Sedeño, 2008), refiriéndose a

Pelicar: "... pero luego fue de los sometidos en los Realejos, recibiendo el bautismo a cambio de ciertas libertades y franquezas, que prometió el Conquistador". J. de Viera y Clavijo (Hª de Canarias I, Ed.1991:248) nos refiere que Belicar se rindió (después de resistir inútilmente el ataque de los españoles en el Real Pos- trero de Ycoden) y acudió, aconsejado por Romen, a Los Realejos el 29 de septiembre de 1496 saliendo de Icod, junto con Pelinor de Adeje, Romen de Daute y Adxoña de Abona, de los bandos de paces, a someter- se a los conquistadores como ya lo hicieran en el mes de julio de ese año Benytomo, Beneharo, Acaymo, Te-gueste y Zebenzui, de los bandos de guerra, obligados por las circuns- tancias y la superioridad militar de los europeos, con la fuerte oposi- ción de muchos alzados que se ne- garon a entregarse. J. de Viera reco- ge este pasaje y entre otras informa- ciones nos dice textualmente: "....Finalmente, la obligación natural que todos tenían de mirar por la vida de sus hijos y mujeres, alcan- zando del vencedor condiciones que mirasen a la conservación de su libertad y demás franquezas" (ibí- dem).

Y más adelante añade: "... no faltaron patriotas que, escandali- zándose de ellas (propuestas de rendición), levantaron fuertemente el grito para decir que perderían la vida antes que entregarse a sus enemigos ignominiosamente" (ibí- dem). Sin embargo, Belicar no fue respetado y junto a otros 6 menceyes fue llevado a España y vendido como esclavo, obteniendo la libertad por Ejecutoria del 4 de junio de 1501, dándose la evidencia de que si hubiera querido regresar a Tenerife no hubiera sido autorizado (L. de la Rosa Olivera, en D. Oliva, 2003: 144-145).

A partir de finales de 1496, el conjunto de todos los alzados isleños se concentraron en el sur de la isla, restableciéndose el antiguo menceyato de Adeje bajo  el mando del último Mencey, Ichasagua, muerto a finales de 1502.

Pablo Deluca

 Vpte. del Centro de Estudios Imazighen de Canarias

Fuente: TUZDIN NÚMERO 10  MAYO 2013 

 


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